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Reflexiones de una veterinaria

El caballo que más me desafía es el que mas me enseña

O mejor dicho, el caballo del que más aprendo es con el que me siento desafiada. 

Porque ellos no tiene ninguna intención de enseñarme, ni de aprender nada de mi humanidad, ¿o si?

Cuando me encuentro intentando amansar a un caballo o realizar un ejercicio de monta y reiteradamente se bloquea la comunicación y las cosas no salen como pensaba, puedo elegir alguno de estos caminos: 
  1. Acusar al caballo de todos mis fracasos y con frustración abandonar el objetivo.
  2.  El camino exterior, que consiste en aplicar otras técnicas o tácticas para volver a intentarlo. Este es el camino de la acción sin cambio de observador
  3.  El camino interior dónde me pregunto: ¿Qué me pasa con este caballo? ¿Qué emoción se me mueve en ese preciso instante en que se bloquea nuestra comunicación? Y con esta pregunta en mente, observarnos y observarme.


Al lograr reconocer  esta emoción puedo preguntarme 
¿que me dice este enojo o miedo o ...? 
En que parte del cuerpo la siento? Cómo es? 
Que acontecimiento o pensamiento la detonó? 

Y luego decidir que necesito si quiero salir de ella:
¿Hacer un pedido?
¿Aprender algo que aun no sé?
¿Tomarme un tiempo?
(Por solo dar algunos ejemplos).


 Esto es a lo que llamamos transitar la emoción que me tomó
Solo así  puedo aprender de ella.

Y luego de recorrer este camino de autoconocimiento, seguramente veré que lo que había manifestado el caballo,  era esa misma emoción. 

Los caballos, expresan sin sensuras todas sus emociones. Miedo, ansiedad,  alegría, necesidad de contacto y afecto..
Su vida y la de toda la manada depende de la claridad con que son expresadas y transmitidas las emociones. No juzgan, simplemente expresan.


De los caballos aprendo de coherencia entre el sentir, el pensar y el expresar
A tiempo presente y sin especular.


Ellos muestran cómo percibir el entorno como un todo, con los sentidos bien abiertos.

Por todas estas cualidades y muchas más, en La Manada Mansa proponemos re-vincularnos con los caballos, lo que indefectiblemente nos hace re-vincularnos con nosotros mismos. En un entorno privado, armonioso y seguro, asistido por caballos mansos pero con un espíritu equino intacto, proponemos:

- Tareas y ejercicios de profundidad gradual para entablar un vínculo armónico y duradero entre ambas especies.

- Registrar nuestro lenguaje corporal y emocional a partir del reflejo que me muestra el caballo.

- Disfrutar de su cercanía, sus caricias, su aroma y su poderosa naturaleza.

- Superar traumas previos para poder entablar una relación sanadora y gratificante.

- Realizar consultas particulares para re-vincularte con tu propio caballo




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